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Los Niños, Ángeles y Demonios

En una pequeña población, se desarrollan sucesos extraordinarios para entregar un mensaje celestial a sus habitantes  a través de los niños,   un mensaje que les hará trascender de una experiencia entre el caos y  la locura  a vivir  un momento de magia, brillo y colorido…

La Tía Gin, una mujer rubia, delgada, Joven y soñadora, con gran Amor por los niños, despierta una madrugada del año 2013 sintiendo su cuerpo vibrar como las olas del mar. Sonriente, y con un brillo encendido en sus ojos despierta a su Amado esposo: Amor, Amor, he tenido un sueño mágico:

En el Dorado, un antiguo barrio en la Ciudad de Cali, de calles estrechas y casas pequeñas, se respira un aroma tan suave como el pan recién horneado, es el aroma de la Alegría, y el Amor, que brillan como las estrellas en el cielo oscuro, y aquí brillan en los ojos y las sonrisas de los niños que se divierten jugando por las estrechas calles. Allí viven Alan y Sam los pequeños niños de la Familia Blas. Alan es un niño fuerte, alegre y travieso, y Sam es su hermano, un chico amoroso, suave y tierno. Los días de Alan y Sam transcurren en medio del Colegio, y en las tardes su abuela Cristal cuida de ellos, y de su primo Matías. Así, las tardes son muy divertidas mientras la abuela les enseña canciones y juegan. Eka una mamá muy cariñosa cuida de Sam y Alan al regresar de su trabajo.

Una tarde de Sábado, mientras el Sol Brillaba y sus rayos resplandecían entre las nubes, en casa de la Familia Blas, estaban reunidas la mamá Eka, la abuela Cristal y la Tía Gin, y mientras Alan, Sam y Matías jugaban a las escondidas en casa, de repente en aquel barrio la luz del cielo se apagó, quedando como un túnel sin fin, en profunda oscuridad.

Bum, Bum, Bum, en la ciudad, una explosión cayó del Cielo como cae la Lluvia. las casas, los edificios y toda la ciudad se fueron derrumbando tan lento como el paso de una tortuga. Todas las personas de El Dorado salieron de sus casas y corrían de un lado a otro, estaban como Locos; algunos lloraban, otros gritaban y todo se convirtió en caos.

La abuela Cristal, la mamá Eka y la Tía Gin corrieron a la ventana y todo estaba en total oscuridad, entonces salieron corriendo pero al cruzar la puerta la abuela Cristal Exclama: ¡los Niños! ¡los niños! ¡hemos olvidado a los Niños!. Rápidamente regresaron y cada una tomó la mano de un Chico y salieron corriendo de nuevo.

¿Hacia donde vamos?, ¿Hacia donde vamos? Preguntan los Niños; y ellas al igual que los otros adultos del barrio estaban tan confundidas que se quedaron paralizadas  como estatuas,  y sin saber a donde ir.

Alan fija su mirada al Cielo de la ciudad, y ve que lento muy lento  aparece una nube gigante, espesa y negra, detrás de la tenebrosa nube aparecieron monstruos peleando con armas, y enormes naves suspendidas en el cielo, parecía que buscaban destruir la tierra. Sam y Matías alzan la mirada al Cielo y solo pronuncian: ¡Wuaoooooooooooooooo!

De repente aparece en el cielo, un inmenso triangulo de estrellas, hermosas y muy brillantes, las seguían ángeles blancos, dorados y violeta sonriendo y moviendo lentamente sus grandes alas;  la Tia Gin Grita a todos los vecinos: ¡miren al Cielo! ¡miren al Cielo! debemos correr y refugiarnos hacia donde se dirigen los ángeles.

La abuela Cristal toma la mano de Matías, Eka la mano de Samy y la Tía toma la mano de Alan, corriendo siguen la dirección de los ángeles y todas las personas del barrio corrían en la misma dirección!.

¡Miren al cielo! ¡Miren al cielo!, la nube espesa y negra apareció de nuevo. -Grita Alan.

Así era, aquellas imágenes en el cielo simplemente estaban girando en un inmenso círculo. Así que lo único que pudieron hacer fue refugiarse en una pequeña casa. Sin darse cuenta Alan, Matías y Sam  soltaron sus manos y se apartaron cruzando la calle para ir con otros niños. Ellos estaban tranquilos y no entendían porque los adultos estaban tan angustiados.

Los adultos seguían mirando al Cielo para entender que pasaba, y ver a donde correr. Mientras tanto la Abuela Cristal, Eka y la Tía Gin corren y toman de nuevo a los niños; cruzan la calle y cuando entraban a la casa de refugio, Alan mira al cielo y observa una gigante nave, ovalada y de color naranja, que empieza a descender y queda suspendida justo encima del refugio, en ese momento los adultos mirando al cielo sintieron que la nave caería y todos morirían, pero Alan, Sam y Matías estaban extasiados y felices viendo esa gran nave, se sentían como en una Película, y  Alan dijo: ¡Vamos amigos es hora de salvar la tierra!

La abuela Cristal queda en Shock y empieza a hablar disparates, bla, bla, bla, bla, hablaba y hablaba; la Tía Gin con voz enérgica le dice:¡ Madre ya calla por favor! Mejor todos digamos: “Dios gracias por la vida que nos das, gracias porque nos divertimos; y si hoy tenemos que morir, moriremos Felices”.

Todos empezaron a pronunciar estas palabras de Gratitud a Dios y Alan, Sam, y Matías las pronunciaban llenos de energía, como si una gran fuerza recorriera sus cuerpos y expulsara las palabras por la boca; entonces del cielo un destello dorado cae sobre ellos y en frente de todos aparece un hombre alto, de pelo rubio ojos azul brillante con un hermoso vestido azul y unas grandes alas Blancas, llevaba una lanza en su mano, era como un Guerrero del Cielo, se dirige a todos y dice “Soy el Ángel Miguel y he venido a entregarles un mensaje”:

“Si Ustedes los adultos Creen y Sienten el Amor como los niños, Dios nos puede salvar y él puede venir por nosotros, y entonces cuando el venga sentiremos que estamos flotando”

Todos cerraron los ojos, y pronunciaron las palabras de gratitud: “Dios gracias por la vida que nos das, gracias porque nos divertimos; y si hoy tenemos que morir, moriremos Felices”.

Un momento mágico llegó, y aquella nube negra gigante, se fragmentó en pequeñas nubes Blancas como motas de algodón, el cielo se hizo azul brillante y la nave de color naranja desapareció en medio de las nubes, era una verdadera magia, todos empezaron a Flotar y sonreían de Felicidad, Sam flotaba de la mano de Su Mami Eka, Alan flotaba de la mano de la Tía y Matías flotaba de la mano de su abuela Cristal.

Sam mira al Cielo y emocionado exclama:  ¡Abuela  los Ángeles están bajando del Cielo y traen trompetas!

Por supuesto era el Ángel “Miguel”  acompañado de todos los ángeles del Cielo; lo niños y los adultos todos flotaban y seguían la guía de  los Ángeles, después de cruzar una enorme puerta de madera, pisaron de nuevo la tierra, estaban a Salvo. Sonreían, sonreían y sonreían, era tal la felicidad que los niños y los adultos la expresaban con sus cuerpos saltando y aplaudiendo, su mente estaba tranquila, y en sus almas la fuerza del Amor se sentía tan potente como las olas del mar.

Sam y Alan vieron a su padre al otro lado de la puerta, corrieron hacia él y al abrazarse con su padre y su mami Eka, del Cielo salió una Luz Dorada  brillante y los cubrió.

 Alan Dice: Papá, Papá esta es una Luz Mágica, es la Luz que nos Salvo. ¡Si es la Luz del Amor de Dios!, dice Eka.

Así, los adultos y los niños de aquel antiguo barrio, comprendieron que la Luz Dorada y Brillante de Dios los salvaría siempre, por ser la luz que hace magia a través de la fuerza del Amor.

Colorín, Colorín, pinta tu día Feliz.

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Gina Carolina Quintero

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