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La vida no tiene favoritos. Lo que ignoraba del principio Divino y me robaba la Paz

¡Hola, te saludo con un abrazo especial!

¡Ahora mismo estoy imaginándote con una linda sonrisa!  Pues estuve repasando mi diario y encontré esta pregunta:

¿Sabes que la vida no tiene favoritos?

y seguido escribí “Podemos sentir a Dios y al tiempo ignorar su presencia”  de este modo, es fácil que nos robe la paz los sucesos cotidianos. Sentir a Dios no siempre significa vivir en su presencia.

Al igual que sucede en las relaciones, puedo estar muy tranquila cuando siento a mis hijas, a mi esposo, a mis padres cerca, pero que los sienta cerca no necesariamente significa que los tenga presentes.

Pueden estar en el mismo lugar conmigo y aun así es posible que yo les ignore. No importa el motivo, el asunto es lo que se desata en ellos cuando su presencia es ignorada, cuando no son tenidos en cuenta, cuando no son escuchados.  Se desata “Resistencia”. ¿Sientes que te ha pasado?

Sentir a Dios no siempre significa vivir en su presencia, pues cuantas veces oras, meditas ayudas a otros y en esos instantes sientes la presencia Divina. Luego te das la vuelta, y alguna situación fácilmente te roba la paz o te sientes luchando forzadamente por algo ¿Qué ha sucedido entonces?

Pude ver que esto me estaba sucediendo y lo comprendí cuando leí estas palabras de Joseph Murphy:

“La vida no tiene favoritos. Dios es la Vida y este principio vital fluye a través de todos nosotros. El principio vital gusta expresarse a sí mismo como armonía, paz, belleza, alegría y abundancia a través de ti y de cada ser humano”.

Entonces, Sentir y al tiempo ignorar la presencia Divina, es resistirnos al principio vital.

Ignoramos la presencia Divina, cuando NO la invitamos a nuestro pensamiento, a que nos guie, cuando no le hablamos porque estamos ocupados hablando únicamente con nuestra mente y todo lo que necesitamos hacer, es INVITARLA con palabras simples y sinceras de corazón:

Presencia Divina, apodérate de mi mente, mis emociones, de mi sentir, de mi actuar, que seas tú expresándote a través de mí.

Siempre que estoy frente a las personas en mis eventos y hago esta invitación a la presencia Divina, es contundente como fluyen mis palabras, mi inspiración, todo.

El riesgo, es olvidar este principio vital. ¿Sientes que necesitas hacer más frecuente esta invitación?

Comienza por poner esa invitación en práctica, incluso en aquellas labores que parecen simples y sin importancia. Pues, si algo he verificado en mi propia experiencia son estas palabras de Joseph :

“En el instante en que mantienes tu mente y tu corazón en un Dios de amor, y cuando CREES que el principio Divino, amoroso que te observa, cuida, guía, te sostiene y fortalece, es cuando bendiciones innumerables llegan a ti”.

Esto es aceptar este concepto en todas la dimensiones de tu ser, en tu mente, tus emociones, tus sentimientos, en tu actuar. Es cambiar resistencia por la aceptación de que el principio Divino se exprese a través de ti.

 ¿Cómo obtenemos resultados?

Fijamos nuestra atención en los resultados, actuamos, forjamos la voluntad, la disciplina, hacemos lo necesario y es cuando el principio Divino se expresa a través de cada uno.

 

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